
Que la organización o empresa TIENE QUE SER ACEPTADA POR SUS PÚBLICOS desde el corazón mismo de éstos. El público ha de ser informado y tenido en cuenta SIEMPRE. Ya no sirve aquella famosa frase de los años 80, de william Vanderbilt (director del New York Central): "¡Que el público se vaya al diablo!"
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